Capacidades sensitivas en una vida mundana
Hace unos años, Paloma Navarrete me miró a los ojos y me dijo: «Sére, eres sensitiva, muy a tu pesar». No fue la primera ni la última persona que me lo dijo, pero ese año fue muy duro para mí y su sinceridad me atravesó.
Un día decidí cruzar la puerta sin mirar atrás, aceptar mis capacidades y cultivarlas. Años después, siento que cuanto más investigo y aprendo de otras realidades, más me conozco a mí misma. Por suerte, no soy de esas personas que se empeñan en enfrentar ciencia, religión, arte y magia, por lo que la Antropología, la Física, la Psicología, la Historia del Arte y otras disciplinas son aliadas de mi práctica mágica, incluida otra faceta muy polémica en ambientes academicistas: la del humor. El humor es mi escudo y mi bálsamo, la cuerda que tira de mí para sacarme del fango, mi forma de transmitir cosas muy serias de forma que el mensaje cale más hondo y llegue más lejos
En mi libro Hildegard von Bingen. Las estrellas extinguidas, plasmo parte de mi recorrido espiritual, que no ha sido un camino fácil. En mi Patreon comparto experiencias sobre arte, magia del caos, brujería, humor y sueños lúcidos para priorizar la creación de material más allá del que ya difundo. Al ser una plataforma de micromecenazgo que ayuda a invertir en mis proyectos para materializarlos.
Es posible compaginar lo tangible y lo intengible, llevar una vida mundana y a la vez espiritual. No renunciemos a nada solo porque alguien, en algún momento, se creyó en posesión de la verdad y nos intentó hacer creer que hay que elegir.
Basta de dicotomías, bienvenidas las alianzas.